La audiencia ha acompañado a la segunda edición de Yo me quedo aquí, un programa de Castilla-La Mancha Media que cuenta la historia de personas orgullosas de vivir en sus pueblos y que reivindica el atractivo de la denominada España vaciada.
Promediando en sus emisiones el 6% de cuota de pantalla, y alcanzando casi el 7% con la emisión de su último capítulo de la temporada, el espacio ha continuado su recorrido por pequeños pueblos de la región para conocer de cerca la experiencia de quienes han decidido continuar viviendo o instalarse en ellos y aprovechar las oportunidades y la calidad de vida que ofrecen.
En estos lugares, los protagonistas de las nuevas entregas buscan tranquilidad, un estilo de vida más saludable o estar en contacto con la naturaleza pero, además, nuevas ocasiones laborales y de emprendimiento.
Cada capítulo de la serie ha visitado dos localidades concretas, cada una de ellas de la mano de un protagonista, acompañado de otros testimonios de otros vecinos que comparten con el público sus vivencias y situaciones.
Esta nueva temporada ha constado de 8 capítulos y ha pasado por 16 pueblos de la Comunidad Autónoma. Entre ellos, figuran Mazarulleque (85 habitantes, Cuenca), Santamera (16 vecinos, Guadalajara), Cotillas (120 censados, Albacete), Fuenllana (210 habitantes, Ciudad Real) o Cabañas de Yepes (210 vecinos, Toledo).