Efectivos de la PAPRONA, pertenecientes al Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de Hellín, han localizado, en esa misma localidad, un taller dedicado, de forma clandestina, a la reparación de automóviles, con motivo de las inspecciones que la Guardia Civil realiza en este tipo de establecimientos.
Actuaciones
Dentro de las inspecciones sobre la gestión de residuos tóxicos y peligrosos que habitualmente suele llevar a cabo el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de Albacete, en toda su provincia, una de las patrullas de este servicio localizó en Hellín, un local que era utilizado como taller clandestino de reparación de vehículos.
Durante la inspección del local, la Guardia Civil pudo observar como el responsable del mismo se encontraba reparando un turismo, encontrándose otros nueve vehículos, en el interior, a la espera de ser igualmente reparados.
Taller clandestino
El local contaba con una gran cantidad de herramientas mecánicas propias de un taller de reparación de vehículos, así como una grúa manual para levantar motores, entre otras, observando una gran cantidad de residuos generados normalmente por un taller de estas características, como baterías y aceites de motor usados, además de neumáticos a medio uso, todo ello almacenado de manera incorrecta, a la intemperie y sobre un suelo permeable de tierra, con el consecuente peligro de filtraciones al suelo y aguas subterráneas.
Dichos residuos tienen la calificación de tóxicos y peligrosos y como tales deben recibir un tratamiento específico en cuanto a su almacenamiento así como su retirada por gestor autorizado, debido a su alto grado de contaminación del medio ambiente.
Actas-denuncias
El SEPRONA de la Benemérita ha confeccionado varias actas-denuncias, que serán remitidas a los organismos correspondientes, tanto locales como autonómicos, tras detectar infracciones administrativas relacionadas con el alta del investigado en la seguridad social o sobre la apertura y funcionamiento de talleres de reparación de vehículos, calificadas estas últimas como graves, cuyas sanciones de multa pueden alcanzar hasta 300.000 euros, al tratarse de residuos peligrosos.
Las infracciones más comunes en este tipo de talleres ilegales están relacionadas con la carencia de la preceptiva licencia de actividad, de la calificación ambiental, o de la inscripción en el Registro de Industria, así como de la ausencia de autorización administrativa como pequeño productor de residuos, de los justificantes de entrega a un gestor autorizado o por la mezcla de diferentes residuos (aceites, filtros, envases), incumplimiento las normas sobre su almacenamiento.