El Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha ha acordado la declaración de la festividad del Santo Voto de Puertollano como Bien de Interés Cultural con la categoría de Bien Inmaterial, una celebración de Interés Turístico Regional que sigue vigente tras más de seis siglos y que este 2020 está prevista para los días 27 y 28 de mayo.
La gran epidemia de peste bubónica que asoló Europa en el siglo XIV, acabando con un tercio de su población, dejó sólo trece familias -setenta y cinco habitantes- en Puertollano. Los supervivientes juraron celebrar a perpetuidad el Santo Voto, una celebración consistente en una comida común en honor a los desposorios de la Virgen y San José en el que pedían su protección.
Hoy, pasados más de seiscientos años, sigue celebrándose. Aunque uno de sus momentos fundamentales es la preparación y reparto del guiso del Santo Voto, Puertollano ha completado sus celebraciones con actos culturales y lúdicos como mercados medievales, nombramientos de caballeros y damas del Santo Voto, entre otros.
Con la llegada de una nueva epidemia hubo un segundo voto en 1489. Los vecinos señalaron el lugar en que erigirían una nueva ermita a la Virgen, hecho lo cual cesó la mortandad. Ya en el siglo XVIII, dicen que un panecillo del guiso del Santo Voto curó de la peste al cochero del Duque de Medinaceli, que había visitado la población y comido con los vecinos.
En esta fiesta no puede faltar el puchero sagrado. Veinticinco ollas son los recipientes calentados por cuatro toneladas de leña que cocinarán el guiso durante horas; 1.200 kilos de carne de ternera, 1.800 kilos de patatas, 50 de cebollas, 5 de pimentón y pimienta, 200 litros de vino blanco y otros 60 de aceite de oliva, sin olvidarnos de la pimienta, cilantro, laurel, tomates y pimientos, llenan 5.000 recipientes.
La festividad se celebra el jueves siguiente al día de la Octava de la Ascensión, 48 días desde el Domingo de Resurrección, con reparto del guiso del Santo Voto los viernes.