El 70 por ciento de las enfermeras asegura haber trabajo sin equipos de protección individual (EPIs) y la mayoría suspende la gestión del Gobierno y de las comunidades autónomas frente al nuevo coronavirus, según se desprende de una encuesta realizada a más de 11.000 profesionales de Enfermería de toda España por la Organización Colegial de Enfermería, que sitúa a Castilla-La Mancha entre las comunidadesque mayores carencias de equipos de protección han sufrido.
A la región, se suman Extremadura, Andalucía y Aragón, con estas carencias de equipos de protección, según la opinión de las enfermeras.
Asimismo, de los enfermeros encuestados a los que se les ha hecho la el test de diagnóstico del Covid-19 (sólo al 23%), prácticamente una tercera parte ha sido certificado como caso positivo e, incluso, el cinco por ciento ha tenido que trabajar con síntomas.
Madrid (47,9% de los casos), Castilla-La Mancha (40,1%) y Cataluña (31,1%) son las comunidades con mayores porcentajes de enfermeras potencialmente infectadas por presentar síntomas que identifican con la enfermedad. Y si se tienen en cuenta sólo los casos que se han realizado el test y este ha dado positivo, las regiones con mayor incidencia son Castilla-La Mancha (60,4% ) y Madrid (53,7%).
Del mismo modo, las enfermeras encuestadas han reportado que en su mayoría han sido víctimas de la escasez de materiales de protección, lo que las ha dejado expuesta al contagio. Así, a pesar del tiempo transcurrido desde el inicio de la pandemia, el 72,1 por ciento considera que las profesionales trabajan con poco o ningún material de protección.
En cuanto al material de seguridad específico, el 74 por ciento de los encuestados asegura que en su unidad no ha habido mascarillas, en 55 por ciento reporta carencia de monos o trajes completos y la mitad afirma no tener a su disposición una simple bata. Además, siete de cada diez piensan que se ha trabajado sin protección.
MOTIVO DE LA INFECCIÓN
Respecto al posible motivo de la infección por Covid-19, el 85 por ciento de los encuestados señalan que ha sido por su trabajo asistencial, concretamente por la falta de equipo de trabajo o material inadecuado (37%); el cuidado de pacientes que aún no habían sido diagnosticados (42%); y el 6,2 por ciento por contagio entre compañeros.
«Esta encuesta corrobora sus quejas, que han sido clamores en el desierto, porque cuando han llegado por fin los equipos de protección lo han hecho de forma desigual y para colmo incluso algunas mascarillas no ofrecían el nivel de protección mínimo. Ha sido un desastre y se ha multiplicado el número de contagios, lo que se ha traducido en dejar fuera de la asistencia a demasiados compañeros que hubieran podido salvar muchas vidas de haber contado con los equipos que merecían y no sacrificarse y arriesgar su salud y la de sus allegados», asegura el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya.
Otra de las conclusiones de la investigación demoscópica es que los profesionales no han recibido una formación específica adecuada sobre cómo atender a un paciente con Covid-19, algo que comparte el 76 por ciento de las enfermeras. Asimismo, la encuesta también detecta carencia a la hora de instruir a los profesionales sobre la colocación y manejo de los equipos de protección individual (EPIs), fundamentales para evitar el contagio. De hecho, hasta un 85 por ciento de las enfermeras encuestadas asegura no haber recibido suficiente formación al respecto.
La investigación también ha preguntado a los profesionales por la ratio enfermera-paciente y la mayoría de ellos (64,5%) considera que está claramente por debajo de las necesidades. De media, las profesionales declaran que en su unidad cada enfermera atiende de media a 10 pacientes por turno (3 en el caso de la UCI), sin considerar el porcentaje que no logra cuantificar el número de pacientes debido a la saturación a la que se enfrentan cada día.
La encuesta también ha analizado entre las enfermeras el impacto psicológico que la pandemia por Covid-19 está teniendo en todas ellas. Los resultados ponen de manifiesto que su trabajo asistencial está teniendo importantes consecuencias al respecto porque el 80,2 por ciento de los profesionales reconoce que la pandemia le ha afectado mucho o bastante.
Preguntadas por la previsible evolución de la pandemia, las más de 11.000 enfermeras encuestadas aseguran que el control de la misma no llegará hasta pasados varios meses (lo afirma el 30% de ellas), mientras que un 27,6 por ciento piensa que al acabar el mes de mayo podría estar controlada. El 18,4 por ciento es más optimista y ve el control a finales del presente mes de abril, mientras que el resto consideran que hay evidentes signos de control ya en estos momentos.