El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha vuelto a abogar por una «disciplina» de medidas restrictivas común en el conjunto del país, al tiempo que ha considerado que el hecho de que se permitan reuniones familiares no tiene por qué ser negativo, ya que si los encuentros se circunscriben a este entorno la eventual propagación del virus puede controlarse.
A preguntas de los medios de comunicación, García-Page ha señalado que lo que más «aterra» a las autoridades sanitarias es el índice de propagación en espacios públicos concurridos.
«Las reuniones familiares pueden preocupar, pero se puede rastrear el virus gracias a nuestros equipos de rastreadores, que están funcionando bien», ha insistido.