El Consejo de Colegios de Enfermería de Castilla-La Mancha, integrado por los cinco colegios de Enfermería de la región, ha advertido de los inconvenientes de la realización de test antigénicos y de detección de COVID-19 en las farmacias a la ciudadanía, rechazando «tajantemente» que los empresarios privados farmacéuticos puedan realizar dichas pruebas en sus oficinas de farmacia. Para los enfermeros, estas pruebas deben hacerse «inexcusablemente» en los centros de salud públicos y por parte de profesionales sanitarios cualificados como las enfermeras y enfermeros.
El presidente del Consejo, Carlos José Tirado, ha insistido en que «la realización de estas técnicas debe llevarse a cabo a través del circuito sanitario asistencial, tal y como está establecido según la normativa vigente, como única garantía de eficacia, solvencia y seguridad», según ha informado el propio Consejo en nota de prensa.
En una reunión mantenida por esta organización con la directora general de Cuidados y Calidad de la Consejería de Sanidad, Begoña Fernández, los cinco presidentes de las asociaciones que forman el Consejo trasladaron su creciente preocupación por el posicionamiento del Ministerio de Sanidad a favor de que las farmacias puedan realizar estos test.
Por otra parte, desde el Consejo de Colegios de Enfermería también ha destacado el estado actual de la acreditación por parte de las autoridades sanitarias de Castilla la Mancha para que las enfermeras puedan prescribir medicamentos, que depende de una orden de la Consejería de Sanidad que «está ya muy avanzada y que verá la luz antes de que acabe el año».
Con esa normativa en la mano, las enfermeras de Castilla la Mancha que lleven más de un año de ejercicio profesional podrán prescribir los productos sanitarios en el marco de sus actividades de cuidados sin más requisito, mientras que aquellas otras que lleven menos de un año trabajando deberán realizar un curso formativo tutorizado por la Universidad de Castilla La Mancha (UCLM).
Asimismo, en la reunión se ha recordado la necesidad de que las enfermeras prescriptoras incorporasen su número de colegiación, precedido de las iniciales de la provincia del Colegio al que pertenecen, para dar validez a la orden de dispensación del medicamento.