Hace unas semanas, profesores, padres y alumnos recibían la noticia de la cancelación provisional de las clases escolares como medida de prevención ante la expansión del coronavirus. Nuevas rutinas de trabajo, temarios adaptados, padres y madres que deben combinar sus trabajos con el cuidado de los niños, son algunas de las situaciones que han surgido tras este nuevo escenario.
Cada centro ha tenido que sacar la imaginación a pasear para lograr que la educación siga llegando a los alumnos, y un ejemplo de ello es el Colegio San Cristóbal de Albacete. Desde allí, han elaborado una rutina de 10:00 a 14:00 horas que sirve de orientación para padres, madres y alumnos, aunque han hecho hincapié en la necesidad de ser flexibles ante cada situación particular.
«El problema surge cuando hay que trabajar desde casa, cuando hay que llegar a todos», contaba su directora, Raquel Ruiz. Desde el centro ya estaban acostumbrados a utilizar medios digitales para trabajar, como el uso de pizarras digitales o de la aplicación ClassDojo, un servicio que les facilita enviar el temario y mantener el contacto con los alumnos. En el caso de aquellas familias que no tienen acceso a Internet, entre todos buscan una solución al respecto, como enviar las tareas por Whatsapp.
«Las tareas se basan en vídeos explicativos, enlaces para motivarlos, canciones», ha explicado Raquel, con la intención de que se mantenga un equilibro entre tener las mañanas ocupadas y permanecer sin agobios. Mientras tanto, los profesores trabajan durante todo el día para intentar resolver las dudas de los alumnos, sobre todo teniendo en cuenta que algunos padres trabajan por las mañanas y no pueden dedicarle el tiempo de trabajo a sus hijos hasta llegada la tarde.
Precisamente para resolver dudas utilizan la aplicación, que permite mandar preguntas individuales a los profesores. Pero, ¿cómo están reaccionando los niños ante esta nueva situación? Al parecer, y según nos ha contado su directora, el alumnado está respondiendo positivamente. Se les manda vídeos e incluso explicaciones relacionadas con los idiomas para ayudar a los padres que no tengan estos conocimientos, especialmente teniendo en cuenta que en el centro se trabaja con una segunda lengua.
En cuanto a la respuesta de los padres, «hay de todo, algunos piensan que es mucha tarea», afirma Raquel, aunque la percepción general no es negativa.
EL DÍA DE LOS PEQUEÑOS VALIENTES
Si hay algo que durante estos días de confinamiento ha salido a flote es la imaginación, y desde el Colegio San Cristóbal lo saben. Teniendo en cuenta la situación extraordinaria, los profesores han creado el «día de los pequeños valientes». Cada miércoles, adaptan las tareas para que sean más amenas: el profesor de Educación Física pone rutinas, en Música se les pide que escuchen canciones y las bailen, etc. Así, no solo se pone en foco en aprender el temario, sino en mandar un mensaje de ánimo a los alumnos.
«Todas las semanas les mandamos apoyo», comentaba Raquel, un factor clave para evitar que se desanimen, aunque a este elemento clave se suma otro: «que seamos flexibles con los padres, niños y con los profesores», puesto que vivimos una situación excepcional donde todos los colectivos deben ayudarse mutuamente.
Y precisamente por parte de los padres también apoyan esta idea, ya que «entre todos nos ayudamos». Así lo ha expresado Pilar Aranda, madre y presidenta del AMPA del centro, quien afirma que «es un colegio pequeñito, pero somos una gran familia».
En su caso, la disciplina de las clases se está cumpliendo, de manera que sus hijas cumplen con el horario de clases del centro, y mantienen una rutina hasta la hora de la cena, donde no puede faltar el aplauso de las 20:00 horas. «Lo intentamos llevar bien, pero está resultando un poco dura», comentaba Pilar, puesto que deben afrontar los nuevos retos en el ámbito del trabajo, de la educación de los hijos y los problemas personales derivados de personas afectadas por el virus.
Sin duda, Pilar «hace malabares» para combinar que tanto su marido como ella puedan seguir teletrabajando y sus hijas cumplan con el temario que deben hacer, una situación a la que también se enfrentan otras familias del centro. Además, como presidenta del AMPA sirve como vínculo entre padres, de manera que hace de intermediaria cuando surgen dudas entre las familias. En general, aunque afirma que «no llueve nunca a gusto de todos», sí que tiene clara una idea, y es que «todos estamos en el mismo barco».
Si bien es cierto que esta situación es nueva para todos, también lo es que no todo es negativo, puesto que quedarnos en casa también nos facilita que pasemos más tiempo con quienes nos rodean. «Los niños están sacando algo positivo de esta situación, están más con papá y mamá», afirma Pilar. Jugar a la wii, bailar o el aplauso de las 20:00 ya se han convertido en nuevas rutinas en su hogar que ayudan a poner un poco de luz en estos días de confinamiento.