El debate sobre las soberanías locales no es nuevo. Ya en Cádiz, en 1810, se debatía sobre este asunto. Las Juntas Locales que habían alzado la voz y las armas contra la invasión napoleónica, se resistían a dejar el poder en manos de una Junta Central ‘Suprema’. Pero en éste, como en otros asuntos, los conservadores ‘jovellanistas’ se llevaron el gato al agua, y durante todo el siglo XIX los ayuntamientos se vieron reducidos políticamente, y esquilmados económicamente, empobrecidos hasta ser un juguete en manos del centralismo, quedando así a merced de los caciques y sus influencias en el gobierno.
El asunto de los nacionalismos vino luego, y también se quiso despachar con el tópico llamamiento a salvar la sacrosanta unidad de la patria española. Haciéndose intérpretes de esas ‘esencias’, para no tener que escuchar la verdadera vox populi.
Pero la voz de los municipios nunca fue totalmente silenciada. Cada vez que hubo un intento democrático reclamaron su papel, su necesidad de existir, como primera expresión de la voluntad colectiva, como primera organización social y política. 1808, 1820, 1840, 1854, 1868, 1873, 1931, 1979… Hace sólo 8 años, el 15M del 2011, ese San Isidro reivindicón se volvían a llenar las Plazas –también la del Pan- reclamando DEMOCRACIA REAL YA. Desde abajo.
Porque es evidente que si somos libres para decidir, con quiénes y para qué queremos juntarnos, hay que empezar por respetar esa libertad desde la organización más cercana.
Aquí, en Talavera misma, como en pocos sitios sabemos lo que supone que nos dirijan intereses ajenos, desde Toledo o Madrid. Que nos manden ‘políticos’ de fuera, o con otros intereses. Nos pueden quitar el Agua, nos puede sortear el Tren, nos pueden dejar sin Conservatorio o sin Museos… en el abandono.
Por eso AHORA TALAVERA debe comenzar a tener voz propia, para resurgir, como el Ave Fénix de sus cenizas, estableciendo lazos con su comarca, tan llena de posibilidades. Lazos culturales y económicos, primero, sobre los que fundar los políticos luego. Primero, una marca de calidad comarcal , luego una Mancomunidad de Municipios.
Sería imprudente, impositivo, y poco serio querer ya desgajar otra provincia. Es de nuevo una voz hueca hablar de capitalidades occidentales cuando se ha dado la espalda desde diferente niveles de Gobierno a Talavera, y de paso a Portugal. Pero es posible, y necesario, y sobre todo conveniente distinguir y primar nuestra producción cercana, para levantar lo primero la economía comarcal. Tenemos aceite, miel, leche, dulces, productos de huerta, plantas aromáticas, gastronomía, oportunidades turísticas, tradición cerámica y comercial, patrimonio, afición deportiva, y cercanía al gran mercado potencial madrileño…
Despertemos, reclamemos ese poder local, esa Soberanía que nunca debimos perder. Sólo así podremos alzar con orgullo la mirada, hacia el futuro, con ese orgullo sensato, propio de nuestra gravedad castellana, para decir VIVA TALAVERA VIVA.
