viernes, 22 noviembre, 2024

‘Por una sociedad en la que no necesitemos ser valientes’, por Gema Díaz

Artículo de opinión de Gema Díaz del Río, de Ahora Talavera, con motivo del Día mundial contra la LGTBIfobia

Hoy, día mundial contra la LGTBIfobia, quisiera compartir una idea, una inquietud, a la que llevo un par de años dando vueltas. Y sé a ciencia cierta que fue hace dos años cuando esta idea empezó a germinar en mi mente porque recuerdo el momento exacto, el estímulo concreto y el impacto que generó en mí. Fue algo simple, realmente simple; tan simple como un chico desconocido que portaba una chapa en su camiseta. Era una chapa enorme, con una preciosa bandera arco-iris que el muchacho lucía con orgullo. Yo al verla sonreí, y me dije que era realmente valiente por llevar una chapa tan grande con la bandera LGTBI, más aún sabiendo las consecuencias que podía acarrear definirse abiertamente como perteneciente a ese colectivo. Fue entonces cuando la sonrisa se borró de mi cara y fue sustituida por una inmensa desazón. Era injusto, totalmente deleznable. ¿Por qué el hecho de llevar una chapa con un mensaje totalmente inofensivo debía ser un acto de valentía? Aún se me encoge el corazón cuando lo pienso.

Han pasado dos años desde ese día, y me apena terriblemente ver que seguimos exactamente igual; de hecho, cada día me encuentro con más personas pertenecientes al colectivo LGTBI que me hablan de las ganas que tienen de irse a Madrid, aunque sea a pasar el día. Que poder ir de la mano con su pareja por la calle, expresar su identidad de género sin miedo a represalias y no sentir miradas de desaprobación y asco constantes por ser tal cual son es totalmente liberador. Que es llegar a Talavera y cambiarles la cara, la actitud y el ánimo. Y, sinceramente, no sé si el motivo sea que Madrid, al ser una ciudad más amplia y plural es más acogedora y tolerante, o si influye también el miedo al rechazo por parte del entorno; cada persona es un mundo y cada cual tendrá sus razones. Lo que sí que tengo claro es que, si tantas personas coinciden en lo mismo, es porque algo estamos haciendo mal. Estamos fallando a toda persona fuera de la heteronorma, vulnerando su derecho a vivir y expresarse según su orientación sexual o su identidad de género y condenándoles a marcharse de su ciudad si no quieren quedarse en el armario.

Lokinn

Ahora es el momento de construir una sociedad más justa, abierta y tolerante, pero para ello debemos empezar desde abajo: en primer lugar, haciendo un poco de autocrítica, tratando de ser conscientes de nuestros posibles fallos como individuos y escuchando las reclamaciones del colectivo LGTBI. Y en segundo lugar, a nivel local, desarrollando programas de formación en igualdad para el personal municipal, defendiendo el derecho a una educación afectivo-sexual que garantice el libre desarrollo de las identidades sexuales y de género de todas las personas, impulsando desde las instituciones campañas de visibilización de dichas identidades y orientaciones con el fin de erradicar la discriminación LGTBIfoba y creando un servicio de apoyo y orientación tanto a jóvenes como a familias no normativas.

Confío en que, en algún momento, lleguemos a conseguir una sociedad en la que no sea necesario salir del armario porque todos los armarios hayan sido quemados. Una sociedad respetuosa y que acoja y celebre la diversidad de la ciudadanía como algo enriquecedor y positivo. Hasta entonces, queda mucho trabajo por hacer. Para que no sea necesario que seamos valientes.

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