domingo, 17 noviembre, 2024

El acusado de matar a su mujer en Mora no tenĂ­a ningĂșn trastorno, segĂșn el forense

Un guardia civil declara que la vĂ­ctima enviĂł mensajes de 'whatsapp' a una prima alertando de que su marido estaba "muy violento" y "temĂ­a por su vida"

Los mĂ©dicos forenses que realizaron el informe de imputabilidad del acusado de asesinar de dos cuchilladas a su mujer en la localidad toledana de Mora en febrero de 2017, han asegurado que en el momento de los hechos, y aunque tenĂ­a depresiĂłn, J.R.G.S. no presentaba ningĂșn tipo de trastorno que le impidiese comprender lo que estaba haciendo ni poner freno a su acciĂłn.

Así lo han constando en la segunda sesión del juicio que con jurado popular se celebra en la Audiencia Provincial de Toledo, donde han insistido en que, por regla general, la depresión conlleva apatía, aislamiento, cierta irritabilidad, pero eso no significa que la persona que la sufre «sea un enfermo mental». «No son individuos que pasen a la acción, se dejan hacer, y no es característico que lleven a cabo hechos como el que nos ocupa», ha relatado uno de los dos médicos forenses convocados en referencia al asesinato de C.M.T.C.

Dicho esto, y tras afirmar que la Ășltima revisiĂłn que tuvo el acusado fue en noviembre de 2016 y desconoce sĂ­ en el momento de los hechos estaba mejor o peor, ha insistido en que su «discapacicad de base» no afecta a sus capacidades y en que el hecho de que no tomara la medicaciĂłn no implica que esos sĂ­ntomas no tratados «fueran a mĂĄs».

En base a la entrevista que mantuvieron con el acusado cuando éste ya estaba en prisión, el médico forense ha explicado que se mostró «colaborador, atento, que contestó sin reticencia y que no presentaba signos de patología psiquiåtrica». Así las cosas, ha achacado su estado médico a su situación laboral y a sus problemas económicos, cuestiones que hacían que dirigiese su agresividad «hacia todo lo que tenía relación con su trabajo y hacia los miembros de su familia política, pero no hacia su mujer». «Nunca se dirige en términos negativos ni agresivos hacia ella, la considera una víctima mås, sobre todo por su estado físico».

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En cuanto al trastorno adaptativo del que el procesado fue diagnosticado en prisión, ha relatado que se trata de una cuestión «leve», que responde a la ansiedad que puede sentir derivada de su circunstancia, de los problemas económicos o de su situación judicial.

 

LA FUERZA DE LOS CORTES LE ROMPIERON EL ESTERNÓN

Respecto al informe de la autopsia de la víctima, han explicado que presentaba dos heridas -de 38 y 22 milímetros- en la región toråcica realizadas con un arma blanca de 16 centímetros de hoja que le atravesó el corazón y la parte superior del pulmón. Sobre la que presentaba en la mano, ha explicado que la víctima intentó defenderse de la primera puñalada y puso su mano en el pecho intentando evitar el ataque, resultando por tanto afectada cuando el agresor le asestó la segunda herida.

La gravedad de los cortes, «impresos con fuerza» hasta provocar la rotura del esternón, causaron una salida masiva de sangre y una muerte råpida. Por la trayectoria que presenta las heridas estos especialistas han concluido que agresor y víctima estaban frente a frente en posición de pie, contraviniendo de este modo la declaración de la madre de la víctima que este lunes aseguró que su hija estaba tumbada en el suelo cuando fue agredida.

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A cerca del estado de salud que presentaba la fallecida, y en base al informe que el juzgado pidió a estos profesionales tras su muerte, los médicos forenses han concluido que a sus 38 años de edad evidenciaba una «situación bastante desagradable» con signos visibles de deterioro, como desnutrición, atrofia muscular, alopecia, escaras en una cadera, limitaciones de movilidad y síndrome depresivo, pues había empeorado de forma considerable en los 36 meses anteriores a su muerte. Por contra, y en base a los informes médicos a los que han tenido acceso, han asegurado que la víctima no presentaba la enfermedad de «huesos de cristal».

 

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LA VÍCTIMA TEMÍA POR SU VIDA

La segunda sesiĂłn de la vista que se sigue en la Audiencia Provincial ha arrancado con el testimonio de cuatro guardias civiles que intervinieron el dĂ­a en el que ocurrieron los hechos. Uno de ellos, ha asegurado que la vĂ­ctima, de forma previa a su muerte, habĂ­a envidado mensajes de ‘whatsapp’ a «una prima y a un enfermero» que la atendĂ­a, en los que alertaba de que su marido, estaba «muy violento» y que «temĂ­a por su vida». Por medio de esos mensajes, Cristina tambiĂ©n aseguraba que Ă©l presentaba «algĂșn problema» y que ella querĂ­a que se medicase y se ingresarĂĄ en un centro.

En cuanto a los agentes que acudieron a la vivienda familiar tras recibir la alerta del 112 -al que llamó la hermana de la víctima- han relatado que fuera de casa había una mujer con un niño en brazos, y dentro estaba la madre de la víctima que, muy alterada, les dijo que su hija estaba muerta y que la había matado su marido. «Ella yacía en el salón, sobre un gran charco de sangre», han contando.

De igual modo, han asegurado que la casa no presentaba signos de haber sido el escenario de ninguna pelea y cuando encontraron al acusado en un dormitorio, éste «no paraba de andar de un lado a otro, muy sofocado y como si no escuchara». No obstante, se entregó a los agentes para que le pusieran los grilletes.

Por Ășltimo, el agente encargado de realizar las diligencias, tambiĂ©n ha señalado que en el salĂłn, donde yacĂ­a la vĂ­ctima, no presentaba desorden, y que ella vestĂ­a un pijama y estaba descalza. «Cerca del sillĂłn donde creemos que se sentaba estaban las zapatillas. Entendemos que se levantĂł rĂĄpido y no tuvo tiempo para calzarse», ha añadido este representante de la BenemĂ©rita, que ha ratificado que en una mesa habĂ­a la hendidura de un cuchillo, que poco despuĂ©s fue encontrado en el muro exterior de la vivienda, tal y como relatĂł la madre de la fallecida.

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