domingo, 17 noviembre, 2024

Admiten la discusión pero no la gravedad de los golpes tras una pelea en Pedro Muñoz

Están acusados de dar una paliza en las inmediaciones del bar 'El Calvario'

Los dos acusados de dar una paliza en las inmediaciones del bar ‘El Calvario’ de Pedro Muñoz (Ciudad Real) admiten la discusión, pero no que los golpes le produjeran a la presunta víctima y denunciante las lesiones que le han provocado, al parecer, multitud de secuelas físicas y psicológicas.

En el juicio, que se ha celebrado este martes en la sección segunda de la Audiencia Provincial, además se ha intentado, a través de varios testimonios, la exculpación de uno de los acusados, I.L. en los que se ha alegado que trató de separar al otro acusado, V.G. y a la presunta víctima, I.C. y no que interviniera directamente en la disputa.

Así la vista oral ha comenzado con el testimonio de V.G. que dice que la discusión comenzó al llamarle la atención a la presunta víctima, que al parecer «estaba bastante bebido», para que dejara de importunar a la camarera del bar. Ha contado como I.C. le dio «primero y por detrás» y que se le abalanzó y cayó primero. «Caí a plomo sobre él porque me agarra del pecho», ha argumentado, y que en ningún momento le pegó «cuando estaba en el suelo».

Por su parte, el otro acusado ha manifestado que advirtió a su compañero de copas que no le hiciera caso «que estaba borracho» y que seguidamente se alejó de allí y no intervino en nada. «No quería estar ni de testigo, no quería estar cerca ni ver nada», ha asegurado. Aunque varios testigos lo sitúan en el lugar de manera imprecisa, no lo han llegado a reconocer con seguridad, y que incluso intentó separar a V.G. e I.C.

Se da la circunstancia que se encuentra en situación de prisión provisional desde el día 13 de septiembre de 2018 al no presentarse a los requerimientos judiciales. Algo a lo que ha alegado que en ningún momento se ha negado a colaborar y ha justificado su ausencia a que viajaba con frecuencia a su país, Rumanía, para trabajar.

«AQUEL DÍA ME QUEDÉ EN COMA Y ME ACUERDO DE POCO»

La presunta víctima, en cambio ha apuntado a I.L. cómo la persona que le asaltó, le empujó y con la que comenzó a forcejear hasta que los echaron del bar y que el otro acusado, V.G. fue el que el agredió en la calle. Ha contado que por los golpes tiene problemas de memoria. «Aquel día me quedé en coma y me acuerdo de poco», ha explicado mediante una traductora.

Ha comentado como todo empezó cuando estaba «bromeando con la camarera del bar», ha asegurado que en ningún momento «la incomodó», que lo que pasó fuera del establecimiento lo sabe por un amigo. «Apenas recuerdo nada solo lo que me dijo mi amigo, que fue el que me salvó la vida», ha añadido.

A instancias de la abogada que le representa, ha narrado las consecuencias de las lesiones de aquella noche. Así ha explicado que tiene una incapacidad completa, no puede trabajar.

Entre las secuelas ha aludido a una afectación en los oídos, ruidos en la cabeza, le afectan los cambios de temperatura y depresión. Además ha admitido tener miedo de los acusados y de los lugares cerrados con mucho ruido. Como consecuencia se ha trasladado a otra localidad. Tampoco puede conducir, ni vivir solo.

Los acusados han interrumpido continuamente la declaración de la presunta víctima y denunciante, tanto que han sido llamados la atención por la Sala en varias ocasiones.

A continuación ha pasado varios testigos entre los que se entraba la camarera que presuntamente fue el inicio de la discusión. Así ha confirmado la historia de que el denunciante estaba borracho y le estaba diciendo cosas y V. G. le increpó que la dejara «que era su amiga» pero en un tono normal y achacó al estado de embriaguez del denunciante a que se levantara blandiendo el móvil, con intención de llamar a alguien.

La joven, ha concluido que una vez que su jefa los echó del bar no vio nada más, porque la mandaron a la cocina y continuó trabajando. Solo observó las luces de los coches de policía a través de los cristales del bar.

Otro testigo, que se encontraba dentro del establecimiento hostelero en el momento de los hechos, ha confirmado que la pelea se inició dentro pero culminó fuera, ha admitido que V.G. le dio en la cabeza al denunciante, el otro intervino en la pelea «para bien porque intentó pararla». Aunque no ha podido confirmar finalmente que la persona que intentó mediar fuera el otro acusado.

Así la Fiscalía considera estos hechos constitutivos de un delito de lesiones con pérdida o inutilidad de un miembro u órgano principal por el que ha solicitado diez años de prisión a cada uno de los dos acusados.

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Además de la pena de prisión, se ha solicitado que los dos acusados paguen una indemnización de 19.175 euros por los días de curación de las lesiones y con 215.600 euros por las secuelas producidas.

Por su parte, la acusación particular ha elevado hasta doce años de prisión a cada uno por la gravedad de los hechos y las condiciones en las que ha quedado su cliente. Ante las declaraciones exculpatorias de I.L, se ha mostrado convencida de que intervino en la agresión. Además han solicitado una indemnización de 400.000 euros.

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