El Ayuntamiento de Cuenca ha inaugurado este lunes el Refugio Antiaéreo de la calle Calderón de la Barca, bajo las escaleras y el Hospital de Santiago, que estará abierto al público desde el primer fin de semana de febrero, con entrada combinada con el de la calle Alfonso VIII al precio de cinco euros.
Los visitantes podrán conocer una parte de la historia reciente de España y Europa, la de los bombardeos aéreos de la Guerra Civil Española y de la II Guerra Mundial, y recrear la situación que pudieron vivir nuestros abuelos y padres durante los pasados conflictos bélicos. Algunas de las visitas serán teatralizadas por un actor, ha informado el Ayuntamiento en un comunicado.
La obra se encargó al Consorcio de la Ciudad de Cuenca que ha invertido 40.071 euros y seis meses en su rehabilitación. El refugio antiaéreo es uno de la veintena de túneles públicos que fueron construidos entre 1937 y 1939.
El alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal ha indicado que uno de los objetivos que se marcó el equipo de Gobierno al inicio de la legislatura fue y es recuperar y poner en servicio nuevos recursos culturales y turísticos para la población y para potenciar el turismo en la parte baja de la ciudad y también para incrementar las pernoctaciones y el turismo de calidad.
«Hablamos de las Casas Colgadas, de la Casa del Corregidor, de la Torre de Mangana, de los muros del Alcázar, del Centro de Arte Casa Zavala, del nuevo Museo de la Santa Cruz para el cual hemos invertido 400.000 euros y, en la parte baja, del Alfar de Pedro Mercedes y de este refugio antiaéreo en Calderón de la Barca, que es el más completo y grande de los 14 que fueron proyectados de nueva construcción en la Guerra Civil Española, quedando la mayoría sin terminar y algunos sin ni siquiera llegarse a construir, a los que se sumaban en la ciudad otras 10 cuevas y sótanos de edificios públicos», ha dicho y ha dado las gracias a las instituciones y técnicos del Consorcio.
Se trata de un túnel excavado que forma un espacio abovedado longitudinal de aproximadamente 130 metros de largo. Cuenta con tres tramos, dos perpendiculares a la calle Calderón de la Barca, dónde se ubican los accesos, y un tercer tramo que discurre casi paralelamente a dicha calle.
Los tres tramos forman un recorrido en forma de ‘U’ abierta, contando cada uno de ellos con una longitud total de 130 metros, de los que 50 serán visitantes, con anchuras variables de 1,00 a 2,50 metros, y alturas de 2,05 a 2,50 metros. Actualmente sólo cuenta con un acceso practicable, el de la calle Calderón de la Barca, el otro, bajo la plaza García Álvarez de Albornoz, está cegado con una pared de fábrica de ladrillo. La superficie total es de 245,85 m2.
Las paredes, por donde se filtraba abundante agua del terreno, están revestidas con fábrica de ladrillo cerámico, y otros con hormigón que continúa en la bóveda.
INTERVENCIÓN
La intervención ha consistido en el saneado de humedades y la instalación de un sistema de evacuación del agua de filtración a través de un suelo drenante, ejecutado con hormigón poroso y arena de mármol triturado.
Para permitir la musealización y la apertura al público mediante visitas turísticas guiadas, en el tramo visitable se ha colocado un pavimento elevado de tarima de madera de pino de la Fábrica de Maderas del Ayuntamiento de Cuenca, tratada en autoclave y se han instalado proyectores de pared con doble iluminación, superior e inferior, así como proyectores individuales para iluminar los paneles de la exposición, dónde se narrará a los visitantes la función de refugio antiaéreo de la Guerra Civil que tuvo este espacio, que se integrará en el proyecto ‘La Cuenca Subterránea’. Tanto la iluminación, como el sonido pretenden recrear el ambiente en el que los conquenses esperaban a que se alejasen los aviones.
Cuenta con un puesto defensivo, una tronera, un aljibe de agua. Un nacimiento de agua que ha causado problemas y ha obligado a hacer obras adicionales. Según ha explicado el primer edil, las dificultades de todo tipo que han ido surgiendo estos algo más de 3 años y medio, son una síntesis de los problemas que «hemos tenido con el resto de las obras e infraestructuras que os acabo de mencionar: dificultades que han ido apareciendo que hemos ido salvando gracias al empeño en que este momento fuera posible».
Hoy, algo más de 8 años después de que lo hiciera el túnel de Alfonso VIII, Cuenca cuenta con un nuevo atractivo cultural y turístico, con la apertura al público de uno de los túneles que sirvieron durante la Guerra Civil como refugio para la población.
Al acto de inauguración han asistido autoridades y representantes institucionales, entre los que se encontraban la teniente de alcalde de Cultura y Turismo, Marta Segarra; el presidente de la Diputación, Benjamín Prieto; el subdelegado de la Junta de Comunidades, Ángel Tomás Godoy; el subdelegado de Defensa, Ángel Cantera y el cronista oficial de la ciudad, Miguel Romero.