El programa Garantía+55 del Gobierno Regional llega a su fin en Manzanares en una cuarta edición puesta en marcha durante el anterior mandato. Después de 6 meses en los que 33 personas han participado en el proyecto de ‘Restauración de espacios naturales’ y ‘Promoción turística, y dinamización del tejido empresarial y asociativo’, se pone punto y final a esta experiencia en la que el Ayuntamiento de Manzanares ha trabajado por mejorar la empleabilidad de las personas beneficiarias, tal y como destacaba el concejal de Empleo, Pablo Camacho.
Con un balance “muy positivo”, Camacho aludía al grado de satisfacción de las personas participantes como el principal ítem para volver a poner en marcha este tipo de medidas, en las que en esta edición, la principal novedad ha venido marcada por el aumento del salario mínimo interprofesional, “un medida del Gobierno de Pedro Sánchez que incrementó la cifra a 900 euros, lo que ha permitido que el programa haya sido más atractivo para los participantes”.
Veinticinco personas han realizado labores de restauración de espacios naturales, mientras que ocho han sido las que se han encargado de la dinamización empresarial y asociativa de la localidad. El 43% de los participantes han asegurado en una encuesta de participación sentirse “muy satisfechos” con el resultado de esta edición, cifra a la que se suma un 50% de “satisfechos”, que hacen que casi la totalidad de los participantes deseen repetir experiencia, un 83%, “son datos muy importantes”, subraya el edil manzanareño.
A través de este programa, en el que participan personas de 56 a 64 años de edad, se han conseguido dos fines principales: “por un lado, salir de la situación de paro y poder realizar tareas que les vuelvan a insertar en el mundo laboral y mejorar los ingresos económicos; y por otro, un contrato de colaboración social con el que pueden mantener los 430 euros del subsidio de mayores de 55, compensando sus ingresos hasta la última base de cotización de su último trabajo”.
Estos datos, que satisfacen al Equipo de Gobierno que preside Julián Nieva, hacen que desde el Ayuntamiento se pretenda seguir participando en medidas de este tipo: “la propia Consejera de Empleo, Economía y Empresas ha anunciado que próximamente saldrá el plan extraordinario de empleo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para 2019, en el que el Ayuntamiento de Manzanares tratará de poder dar una oportunidad laboral a más de 120 personas”.
El programa Garantía +55 de Manzanares también ha ofrecido formación paralela a sus participantes, como la realizada en materia de prevención de riesgos laborales, prevención de lesiones musculoesqueléticas, administración telemática, búsqueda de empleo, informática, e incluso alfabetización.
“Volver a trabajar”
Después de más de 30 años su puesto de trabajo, Ángel Montoya ahora desarrolla labores administrativas en la OMIC; tras el cese de su anterior empresa, este proyecto en el que participa por segunda vez le sirve para volver al mercado laboral, pero especialmente para sentirse reconfortado: “es una ventana que se abre después de un montón de puertas que se cierran. Aquí nos dan la opción de sentirnos útiles. Empiezas a sentirte mayor y piensas que no puedes trabajar, y no es así”.
Aunque su trabajo era de atención al público y no de administrativo, ésto no ha sido un impedimento para seguir aprendiendo, “nunca se sabe si te puede abrir las puertas, pero lo aprendido no te lo quita nadie”.
Algo similar le ocurrió a Nicolás Alhambra, quién ahora se encarga de algunos de los jardines de la localidad tras años como conductor o en el sector de la alimentación: “es adaptarte a lo que te va viniendo, y con la edad no podemos ir pidiendo cosas que no nos corresponden, pero los compañeros son comprensivos, y si haces por aprender lo sacas adelante”.
Como competencias transversales también ha aprendido, entre otras destrezas, las de informática, todo ello para tener mayor facilidad de inserción laboral al finalizar el proyecto, “a una edad determinada se te empiezan a cerrar puertas y te vas consumiendo si te lo tomas a mal, cada día hay menos oportunidades y alternativas, por eso esto se agradece”.
Además de recibir un salario y una oportunidad laboral, el mantenerse activo conlleva beneficios adicionales que van desde las relaciones sociales, hasta la salud, “he adelgazado hasta 8 kilos, y los médicos están maravillados conmigo porque también sufro de pulmón y esto me ha venido muy bien. Les digo a los de mi edad, y tengo 60 años, que en vez de estar en casa dándole vueltas al cerebro, que se pone uno muy mal, salgan a que les de el frío en invierno y el calor ahora. Ves que vales para algo y te sientes útil”, destaca Manuel Calero.
La sensación generalizada de las personas que participan en el programa Garantía +55 es de impotencia ante las empresas que no les contratan, precisamente, por haber superado una edad, sin tener en cuenta la experiencia o conocimientos con los que cuentan: “cuando lees que pone en las ofertas hasta 35 años te preguntás dónde echo yo ahora el curriculum, porque te quedas en segundo plano y por la edad te echan para atrás”.Esta barrera impide que profesionales como Cati Nieto-Márquez pueda demostrar que está perfectamente cualificada para desarrollar labores como las que realiza en el Centro Social, donde ha aprendido a gestionar las solicitudes y expedientes, y a atender las demandas de las personas usuarias tras años como dependienta en una tienda de muebles, “lo más importante es la satisfacción de volver a trabajar, y que confíen en tí. Eso es lo principal”.
Gemma Blasco, técnico laboral responsable del proyecto, destacaba que tras sufrir la crisis y el desempleo, desde el proyecto se centran en fomentar el trabajo durante una temporada, “porque cuando reciben reiteradamente un ‘no’, empiezan a desmotivarse, y gracias a programas como éste se dan cuenta de que están todavía capacitados, e incluso pueden contribuir con su experiencia”.