Como es tradición, las fiestas patronales es el momento en que el Ayuntamiento homenajea a los Manzanareños Ausentes. En la edición de 2019, los distinguidos fueron Jerónimo Bautista, Antonia Fernández-Pacheco y José Fernández-Camuñas, quienes fueron obsequiados con una placa conmemorativa y un ramo de flores de manos del alcalde Julián Nieva, y con el emotivo homenaje del pueblo de Manzanares.
Además del agradecimiento a las asociaciones vecinales, responsables de la organización de un acto “hecho por los manzanareños para todos los manzanareños”, Julián Nieva quiso hacer un reconocimiento especial a los Manzanareños Ausentes 2019, “tres personas que representáis a miles de vecinos que han tenido que emigrar de su localidad natal en un momento determinado de sus vidas para buscar un mejor futuro para vosotros y vuestras familias”. El alcalde recordó que actualmente hay dos millones y medio de españoles que viven fuera de España por cuestiones laborales, algo que achacó en parte a los progresos en la formación que ofrecen nuestras universidades. Y es que si en los años 60 nuestro país no era demasiado atractivo para los extranjeros y éramos los españoles los que emigrábamos buscando un futuro mejor, la mejora de las condiciones ha hecho que la situación cambie y hoy en día haya 4’5 millones de personas foráneas que han venido a España en busca de nuevas oportunidades. Recalcando que “el nuestro es un país maravilloso”, Nieva reiteró que “las personas que se marchan fuera es porque no tienen más remedio” y dedicó sus últimas palabras a homenajear a los Manzanareños Ausentes 2019: “Os tenéis que llevar el cariño de esta ciudad. Porque a pesar de que habéis desarrollado vuestra vida en otro lugar, nunca habéis olvidado Manzanares ni vuestros orígenes”.
Tres vidas ligadas a Manzanares
La gala estuvo amenizada por la flauta travesera de la joven María del Rosario Guerra, procedente de la escuela de música ‘Guillermo Calero’ y miembro de la Asociación Músico-Cultural ‘Julián Sánchez Maroto’. El primero en recibir el reconocimiento fue Jerónimo Bautista Velázquez, al que Manzanares dio la bienvenida el 1 de agosto de 1948. Tras pasar por el Colegio ‘Don Cristóbal’ y el Instituto Laboral, con quince años comenzó a trabajar en la Gestoría-Autoescuela Rivera hasta que con veintidós años tuvo que desplazarse a la Comunidad de Madrid para realizar el servicio militar. En ese periodo comenzó a trabajar en la Gestoría Pons de la capital, donde ha permanecido residiendo, pero nunca se ha olvidado de su pueblo. Gran parte de culpa la tuvo su novia, a la que visitaba los fines de semana en Manzanares hasta que contrajo matrimonio con ella en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Juntos han tenido cuatro hijos. Jerónimo ha tocado la bandurria en diferentes agrupaciones, entre ellas la Tuna, ‘Airén’ y ‘Manuel de Falla’ en Manzanares, y también es muy activo colaborando con las parroquias en la celebración de las misas, como pueden dar testimonio los feligreses que acudían a la misa de 10 de los domingos en la ermita de la Virgen del Carmen.
“Esto es maravilloso. ¡Estoy emocionado por estar rodeado de mi familia, amigos y conocidos del pueblo!”, expresó Bautista, propuesto como Manzanareño Ausente 2019 por la Asociación de vecinos del Barrio del Río, quien dijo disfrutar de Manzanares “porque me gusta estar con mi gente”.¡Muchas gracias a todos por este reconocimiento y que sepáis que aquí tenéis un amigo para siempre”, concluyó.
La siguiente en subir al escenario fue Antonia Fernández-Pacheco Carrión, nacida el 27 de septiembre de 1940 en Manzanares, donde residió hasta que a los siete años se trasladó junto con su familia a Zaragoza (Aragón) por cuestiones laborales de su padre. Aunque la mudanza no impidió que Antonia regresara puntualmente cada año a su localidad natal durante las vacaciones y para disfrutar de las fiestas patronales y diferentes acontecimientos familiares. Desde 1973 reside en Valladolid (Castilla y León), ciudad natal de su marido, con el que ha tenido cuatro hijos. A ellos y a sus tres nietos, Antonia les ha inculcado su amor por su tierra y sus gentes.
“Me siento muy de estar aquí en mi pueblo junto con mi familia y todos ustedes”, señaló Fernández-Pacheco, propuesta como Manzanareña Ausente 2019 por la Asociación de vecinos del Nuevo Manzanares, que quiso dar las gracias al Ayuntamiento “por organizar un acto tan bonito” y se acordó “de mis padres, que tanto amaban su tierra, y de mi hermana con la que viví aquí mi niñez”.
El tercer reconocimiento fue para José Fernández-Camuñas Calero, que llegó al mundo el 4 de enero de 1950 en el seno de una humilde familia numerosa manzanareña. Sus recuerdos de la infancia pertenecen más al campo, donde ayudaba a su padre, que a la escuela. Tras ser albañil, José entró a trabajar en 1970 en la Compañía Telefónica Nacional de España, siendo Xàtiva (Comunidad Valenciana) su destino. Y aunque en principio era provisional, se ha convertido en su lugar de residencia durante los últimos 49 años. Eso sí, contrajo matrimonio con su esposa, con la que tuvo tres hijos, en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Y no hubo Semana Santa, Feria ni fiestas patronales que se le pasaran al matrimonio hasta que, desgraciadamente, su mujer falleció en 2001.
“Estoy algo emocionado”, desveló Fernández-Camuñas, propuesto como Manzanareño Ausente 2019 por la Asociación de vecinos de San Blas, que también desveló que “a Manzanares lo llevo siempre en el corazón porque es mi pueblo y no me lo puede quitar nadie. ¡No hay día que pase en que no me acuerde de Manzanares!”.