Hoy se conmemora el Día Internacional para la prevención del suicidio y, en este marco, la Asociación del Teléfono de la Esperanza ha organizado un acto en su stand ubicado en el Recinto Ferial, con el objetivo de visibilizar la labor que realiza esta organización, que solo durante 2018 gestionó en Albacete 104 llamadas telefónicas, de las que 89 se correspondieron con la atención a personas que tenían ideas suicidas y en las 15 restantes, tuvieron que apoyar a sus interlocutores para superar una crisis suicida.
En el marco de este acto, al que asistieron el alcalde de Albacete, Vicente Casañ; el vicealcalde, Emilio Sáez; la concejala de Atención a las Personas, Juani García; e integrantes de la Corporación Municipal, se hizo público un manifiesto elaborado con motivo de este Día Internacional para la prevención del suicidio, que leyó Juani García.
De hecho, Juani García valoró la importancia de un acto de esta naturaleza, pues es “precisamente, en los períodos festivos cuando aumenta el número de suicidios”. Asimismo, alabó la labor que realiza el Teléfono de la Esperanza, “aportando ese rayito de luz en los momentos de mayor oscuridad, haciendo un poco más felices a las personas que se encuentran al otro lado del teléfono en esas circunstancias de mayor sufrimiento. Dicen que una persona que se enfrenta a esta situación no quiere morir, sino dejar de sufrir, y ese es el valor del trabajo y de lo que hacéis”.
Por otra parte, Elena Vargas, psicóloga en el Teléfono de la Esperanza, expuso que desde hace 5 años esta organización realiza una campaña informativa de carácter nacional, para “sensibilizar a la población acerca de las causas del suicidio. Un tema del que hace falta hablar. Aunque durante mucho tiempo se ha silenciado para evitar el efecto llamada, este solo se da cuando se aborda el suicidio de forma errónea. Tenemos que aprender a hablar del suicidio, normalizando hablar de estas situaciones”.
En lo que concierne a la campaña ‘Yo también soy vulnerable’, Elena Vargas explicó que “hemos querido poner el énfasis en las crisis vitales como ideación suicida. Muchas veces se vincula al trastorno mental y lo que está claro es que cuando atravesamos una crisis vital importante, como puede ser la pérdida de un ser querido, una enfermedad grave o problemas económicos, nos enfrentamos a situaciones que nos conducen a perder la motivación y las ganas de vivir. Situaciones en las que necesitamos el apoyo de nuestro entorno y cuando este no es suficiente, es preciso solicitar la ayuda de profesionales especializados en estas situaciones difíciles, para hablar de lo que nos ocurre, aprender a gestionar nuestras emociones y volver a encontrar ese sentido vital”.
El rango porcentual por edades de las 104 personas que durante 2018, en Albacete, llamaron al Teléfono de la Esperanza con ideas o inmersas en una crisis suicida, refleja que el 3% de estas llamadas las hicieron menores de 18 años; el 12 % tenía entre 18 y 29 años; en el 46% de los casos el interlocutor tenía entre 30 y 45 años; en el 34% la franja de edad comprendía desde los 46 a los 64 años; y en el 6% de los casos más de 64 años.