Las copiosas lluvias de principios de septiembre anegaron los sótanos de uno de los edificios del IES Briocense de Brihuega (Guadalajara) afectando a la caldera que quedó inutilizada. Transcurrido casi dos meses desde tales lluvias, la Administración Educativa aún no ha afrontado las reparaciones necesarias a pesar de que hace una semana, el lunes 23 de octubre, la climatología ya dio un primer aviso cuando las temperaturas bajaron sensiblemente.
Las clases se impartieron con normalidad incluso en las aulas de los pisos inferiores, con temperaturas que no se correspondían con lo que figura en el ANEXO III del Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, que determina que las temperaturas deben estar entre 17 y 27 ºC. Durante la semana pasada, se alertó de la llegada de una ola de frío con viento ártico, avisando del cambio brusco en las temperaturas en toda la Península. La consecuencia son aulas a 12º C, donde alumnado y docentes están dando clases con los abrigos puestos, según informan desde STE-CLM.
STE-CLM condena una vez más la desidia de la Administración Educativa y exige que las condiciones ambientales mínimas necesarias para dar clases se restablezcan de inmediato.
Aunque es cierto que se van realizando mejoras de mantenimiento de los centros educativos todavía, en muchos de ellos, deberían mejorar el aislamiento de las aulas, tanto para combatir el frío como las altas temperaturas en verano; mejorar aislamientos de la envolvente de los edificios, sustituir las ventanas antiguas por ventanas eficientes, implementar sistemas exteriores de sombreado en fachadas con orientaciones desfavorables (Sur, Sur-Oeste), arreglar persianas, colocar termostatos independientes en las aulas, zonificar los sistemas de calefacción, aumentar la vegetación autóctona en los entornos de los centros, etc. Son peticiones que hacen desde el sindicato.
STE-CLM cree fundamental, teniendo en cuenta las evidencias del cambio climático, que la Consejería de Educación, Cultura y Deportes respete los derechos de la infancia, así como los de las trabajadoras y trabajadores de la enseñanza, a través de políticas preventivas , planes de mantenimiento y mejora de los centros (rehabilitación energética).