Ana Belén Pintado Lucas-Torres nació en la Clínica Santa Cristina de Madrid en el año 1973, fue adoptada por un matrimonio de Campo de Criptana que nunca le dijo que la habían adoptado y ahora busca a su familia biológica después «de descubrir que es una bebé robada».
Pintado tiene su caso en manos de una abogada y están por definir la vía por la que seguir su curso. De momento, la recomendación de la letrada es que su imagen y su caso se divulguen con el fin de que pueda llegar a alguna personas que encuentren parecido entre ella y sus posibles familiares y que se pueda establecer un primer contacto. «La verdad es que en este momento es lo que más deseo, conocer a mi madre biológica y confío en poder conseguirlo pronto», ha manifestado.
Asimismo ha pedido que si alguien pudiera tener algún dato al respecto de caso se ponga en contacto con ella en este teléfono 669 62 09 92, a través de su Facebook Ana Belén Pintado Lucas-Torres, mediante intermediarios o por otras vías.
UN PROGRAMA DE TELEVISIÓN
Fue a partir de la llamada de un programa de televisión en el año 2010 cuando empezó a sospechar y recientemente ha confirmado con diversa documentación, aunque «menoscabada», que es una «bebé robada».
Ahora que en su edad adulta ha descubierto que su identidad no es la que creía, quiere encontrar a su familia biológica. «Yo como madre entiendo lo que puede estar pasando mi madre biológica, puede ser que crea que estoy enterrada y no saber que estoy aquí».
En noviembre de 2017 empezó «a sospechar de todo», porque encontró «el único papel» que le dejaron sus padres, en el que falta «toda la parte superior». El primer texto que deja visible este documento es el nombre de la madre y el que aparece es el de su madre adoptiva como si fuera la biológica, «cuando ella era estéril», como verifica otro documento que obra en su poder.
Este documento está firmado por el doctor Villa, «que es el médico imputado» y en la partida de bautismo también aparece su madre adoptiva «como biológica y en todos los sitios figura así». «Mis padres se han muerto sin decirme nunca que era adoptada y mucho menos robada» y «ni siquiera me dejaron ningún escrito ni nada debajo de un colchón o algo para que lo viera yo después», señala Ana Belén.
«LA FELICIDAD NO SE PAGA CON DINERO»
A raíz de estos descubrimientos se empezó a interesar por los programas de bebés robados y además, según ha asegurado, ha recordado como llegaban a su casa felicitaciones de Navidad de una monja que agradecía la colaboración de sus padres adoptivos.
Pintado les agradece «la vida que le han dado» pero cree que «la felicidad no se paga con dinero» y les reprocha que nunca le dijeran nada de este tema.
Ha preguntado a algún familiar y lo único que ha podido averiguar «es que la trajeron con «tres días de vida» y que el párroco de su pueblo avisó a sus padres «para que fueran a por ella, porque estaba en una lista».
Se muestra segura de que pagaron alrededor de «un millón, millón y pico de pesetas» por ella en el año 1973 y añade que su padre «ha tenido amenazada a gente para que nunca le dijeran que era adoptada».
Preguntada por cómo es posible que en un pueblo no se supiera su procedencia, Ana Belén ha afirmado que «en Criptana todo el mundo lo sabía». «Mi marido dice que él lo sabía y que nunca me había dicho nada, porque como yo no hablaba de ese tema, pensaba que quería reservármelo», ha aseverado.