El diputado del PP y portavoz del partido en Castilla-La Mancha, Lorenzo Robisco, ha asegurado que cuando pase el próximo proceso electoral de mayo de 2019 en la Comunidad Autónoma y, según su estimación, los ‘populares’ recuperen el Gobierno, podrán «destapar» todas las «falsedades» que en su opinión el actual Ejecutivo socialista está acometiendo en la elaboración de las listas de espera sanitarias. «Están rayando la prevaricación. El PP no va a parar», ha aseverado.
En rueda de prensa, ha puesto el acento en que el Gobierno «ya debería haberse dedicado a la sanidad de Castilla-La Mancha», algo que todavía «no ha hecho» como demuestra la «falta de miles de profesionales, que se siguen yendo a otras comunidades autónomas».
Lo peor de todo para el parlamentario no es el «escándalo» de las oposiciones, sino «ocultar pacientes en las listas de espera» mientras que el PP insiste en auditar estas listas a través de una auditoría externa.
«Seguramente en mayo de 2019 García-Page diga que por fin va a poner una ley de tiempos máximos en sanidad. Y lo hará así porque un día después perderá el Gobierno dejando una herencia envenenada con miles de pacientes esperando», ha señalado.
Tras incidir en que el Gobierno «está escondiendo las listas de espera», ha vuelto a insistir en la necesidad de poner en marcha esa auditoría «para que todos sepan los cientos de miles de pacientes que están esperando», que son «más de 200.000» según sus cálculos.
«HASTA EN LOS CENTROS DE SALUD SE ESPERA MÁS DE LO DEBIDO»
Robisco ha afirmado que «la realidad» pasa por extremos como «esperar hasta tres años para una intervención». «Page ha prometido miles de profesionales. Propongo a los medios de comunicación que vayamos a cualquier hospital y yo les acompaño con la cámara que quieran a ver cómo están los médicos, cómo están los pacientes y cómo están los familiares», ha retado Robisco.
En su opinión, «hasta en los centros de salud se espera más de lo debido», razón por la cual ha urgido al Gobierno regional a comparecer en sede parlamentaria para explicar sus políticas al respecto.
Según ha considerado, al Gobierno «ya no le cree nadie», y aquellos que «necesitan su alma, que son enfermos y familiares, están hartos y desesperados».