La web ‘The Register’, especializada en ciberseguridad, ha descubierto un grave fallo de seguridad en los procesadores Intel de la última década que permite, aseguran, colarse en nuestros ordenadores con relativa facilidad y apoderarse de nuestros datos.
El fallo depende del procesador y no del sistema operativo por lo que afecta a todos los equipos, ya sea Windows, Linux o macOS.
En teoría, este agujero en la seguridad permitiría leer las áreas protegidas de la memoria ‘kernel‘, que es la memoria dedicada a tareas más básicas que realiza nuestro ordenador, de forma relativamente sencilla. Y una vez atravesada esa barrera, podrían hacerse con nuestros contraseñas y documentos personales.
Aseguran que el fallo es relativamente fácil de solucionar, y se haría con una especie de parche; el problema es que ralentizaría nuestros ordenadores entre un 5 y un 30%, es decir, que afectará al rendimiento del equipo.
INFORME INCORRECTO
Desde Intel aseguran en un comunicado que este informe es “incorrecto”, que no afectará al usuario medio y que no creen que “tenga el potencial de corromper, modificar o borrar datos».
Aún así, afirman que están trabajando con otras grandes compañías para solventar lo antes posible el problema, y recomienda a sus clientes actualizar los sistemas operativos cuanto antes.
