El pasado mes de mayo, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Albacete anunció que el antiguo colegio de la calle León, en desuso desde hace casi 15 años, sería la nueva sede del Archivo Municipal.
En el proyecto presentaron todos los detalles, como que costaría 500.000 euros, y que era necesario hacer ciertas modificaciones que aseguraran el edificio y soportaran el gran peso de los miles de documentos que se iban a trasladar allí.
Pero de lo que no se habló nada, o al menos no en detalles, es el suelo de la primera planta, donde estaban ubicadas las aulas –con una superficie de unos 400 metros cuadrados- estaba llena de baldosas «centenarias», y «únicas», como ha señalado esta mañana el concejal socialista Manuel Martínez.
Al parecer, datan de los años 20, inspiradas en el Modernismo y en el Art Decó de la época y sería una lástima destruirlas.
Por eso, desde el PSOE, “exigen” al alcalde de la ciudad que “antes de sacar los pliegos de contratación de la obra y antes de que nadie rompa las baldosas, se modifique el proyecto y se estudie qué parte se encuentra en buen estado para mantenerlo en el nuevo archivo municipal”.
Y en caso de que no fuera viable desde el punto de vista estructural –ya que el peso de los documentos del archivo exige que se modifique el forjado-, “que no se destruyan”, si no que se quiten con cuidado, se guarden y se usen para «algún otro edificio de la ciudad” como la casa de la Cultura José Saramago o alguno de los nuevos centro socioculturales de nueva construcción.
Para el PSOE, el lugar para el nuevo archivo «es perfecto» pero piden que tengan en cuenta esta demanda. Además, según ha explicado, el propio proyecto de obra reconoce que se pretenden recrear esas mismas baldosas, pero nuevas en algunas salas, pero no dejar las originales.
EL NUEVO ARCHIVO
El nuevo archivo se ha proyectado para ubicarlo en un antiguo colegio de la calle León que se inauguró en el año 1934, con la presencia del entonces alcalde Virgilio Martínez Gutiérrez, bajo el nombre de ‘Nicolás Salmerón’, primer presidente de la República aunque tras la postguerra pasó a denominarse ‘General Primo de Rivera’.
Fue en el año 2004 cuando dejó su función docente pero desde el PSOE piden que no se destruya porque han sido “miles de albaceteños los que han estudiado sobre estas baldosas” y para que las “futuras generaciones puedan seguir disfrutando de un patrimonio que cada vez es menor en Albacete”.
“Queremos evitar una nueva destrucción de un elemento imponente que forma parte de nuestra historia” y que el patrimonio histórico se “adapte a las nuevas necesidades de la ciudad”, ha finalizado.