El Consejo Ciudadano de Podemos en Ciudad Real ha anunciado este lunes su dimisión por distintos motivos, pero especialmente por la decisión de la formación de entrar en el Gobierno del PSOE en Castilla-La Mancha, que supone «la guinda que nos imposibilita seguir representando al partido» en esa ciudad.
En un comunicado, el Consejo Ciudadano de Ciudad Real muestra el respeto democrático «indudable» a la decisión de los inscritos en Podemos de apoyar esa opción que, a su juicio, «se aleja tanto de las formas que queríamos cambiar en política y los objetivos que pretendíamos conseguir» y que les «obliga a dar un paso al lado y que sean otros y otras los que defiendan un tipo de política con la que ya no nos sentimos identificados».
«No tiene sentido remar contra corriente cuando en ese esfuerzo no se está aportando nada positivo para la ciudadanía. Algo ha fallado en la construcción de Podemos como fuerza política de la gente, porque cada vez más gente se aleja de Podemos. Hoy empieza a caracterizarse por lo que ya existía antes y que llevaba otras siglas y otros símbolos. Pero no son las siglas ni los símbolos lo que nos trajo aquí, sino las personas y los ideales», aclara.
A juicio del Consejo Ciudadano de la formación morada en Ciudad Real, «Podemos en Castilla-La Mancha no es para nosotros el partido al que nos integramos en 2014 y por tanto, no tiene sentido seguir representándolo», explican en un texto en el que piden «disculpas» a todos los compañeros «que se hayan visto decepcionados» por sus decisiones o la falta de ellas.
«Nos vamos con la cabeza alta y los bolsillos vacíos, en la esperanza de que dentro de un tiempo volvamos a reconocer el espíritu del 15M dentro o fuera de Podemos. Dimitimos de nuestros cargos, pero seguiremos defendiendo lo que nos trajo aquí», concluyen el comunicado, donde resumen todo lo acontecido en su seno desde que llegaron en la primavera de 2014, «cargados de la energía e ilusión que el 15M había despertado en nosotros al igual que en muchos ciudadanos anónimos».
Así, detallan que desde esa fecha han visto como su representación política «traicionaba una y otra vez los compromisos adquiridos en las instituciones y procesos electorales», mientras venían que el fruto de su trabajo se desviaba «hacia intereses espúreos» y, tras las elecciones europeas del 2014 y el crecimiento de Podemos en las encuestas, «empezaron a ocurrir cosas inesperadas», como la entrada en Podemos de «personas vinculadas anteriormente a otros partidos de la izquierda tradicional y el sindicalismo clásico», que se convirtieron «de facto» en los «representantes no oficiales del partido en la provincia» y en la región.
«PODEMITAS DE OTOÑO»
Según el Consejo Ciudadano de Podemos en Ciudad Real, «la labor que llevaron a cabo con gran ahínco estos nuevos podemitas de otoño, fue la de organizar y estructurar las listas de las candidaturas de Pablo Iglesias a los procesos internos que se celebraron a nivel autonómico a comienzos de 2015» y «controlar el partido» a nivel regional.
En ese momento, «no sólo el Consejo Ciudadano regional se convirtió en un órgano monocolor donde aquellos que disentían se vieron abocados al desprecio, menosprecio, insulto o ninguneo constante, forzándoles a abandonar el órgano o a mantenerse en la marginalidad, sino que aquellos órganos locales que les salieron rana a los podemitas de otoño, fueron humillados o ninguneados, a veces públicamente, si disentían lo más mínimo de aquellos», como ocurrió en Ciudad Real cuando se decidió iniciar contactos para dialogar sobre política local con el grupo Ganemos.
«Somos gente corriente que vinimos a hacer política, no profesionales de ésta, ni personas que ambicionaban vivir de ella para no tener que esforzarse en su vida cotidiana en conseguir un puesto de trabajo. Todos los que hasta hoy formábamos el Consejo Ciudadano somos personas que no desean de la política más que la satisfacción de mejorar las condiciones de vida para toda la ciudadanía. No estamos en condiciones de luchar con compañeros en batallas sin escrúpulos, ni hemos venido aquí a eso. No hemos sido respaldados después de nuestra elección por ninguna cúpula política, ni regional ni estatal, tan sólo por compañeros de nuestro Círculo» y de la región «que observan atónitos como el partido se rige por los bandazos de la ambición personal y el amiguismo que ejerce la cúpula regional, siempre con la santificación de nuestro secretario general Pablo Iglesias y el secretario de Organización, Pablo Echenique».